Periodismo

Entrevista Joan Baez/APSI

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APSI Nº100 (Número Especial)

2 al 15 de Junio de 1981

PORTADA

 JOAN BAEZ CON APSI

 "LOS HIJOS DE LOS OCHENTA PERDIERON LA INOCENCIA"

 SERGIO MARRAS

 

"Quisiera reclutar a los niños del 80, antes de que se inclinen por la izquierda o la derecha, para que así puedan mirar por los dos ojos"... "Nicaragua por fin es libre aunque no justifico los treinta mil muertos de la revolución . . Estados Unidos le está quitando la ayuda y la empuja hacia el campo soviético. Seguramente después le hará la guerra por comunista"... "La izquierda hace la guerra en nombre de la justicia, la derecha en nombre de la libertad. Por eso estos términos me ponen nerviosa"... "Se nos presenta un amplio espectro de ideologías, en cayo nombre se reprime, pero en casi todos los casos, los opresores justifican sus acciones en nombre de la seguridad, que generalmente no significa otra cosa que la autodepresión"...

 

Reparte golpes bajos a diestra y siniestra, con maestría, con una honestidad penetrante que hace que los de uno y otro lado sólo atinen a sonreír sin ganas, en el mejor de los casos, o a reírse en coro, como niños en el peor. Lo más grave es que todos sabemos que no es una recién llegada, la respaldan veinticuatro años de lucha por unos principios que hoy día en Chile hemos aprendido a valorar: nada justifica la violencia, nada justifica el matar, hacer desaparecer, relegar o exiliar personas, y mucho menos por disentir de un régimen.

El camino de Joan Báez ha sido largo: a los dieciséis años se niega a saludar la bandera de su país, protestando por la discriminación racial. A los veinte se une a la lucha de Martin Luther King, reivindicando los derechos de la comunidad negra y se declara seguidora de Gandhi. A los veintiuno conoce a Bob Dylan y emergen las primeras canciones que remecerán el ambiente juvenil y universitario norteamericano ("Cuántos años deben algunos pueblos existir antes que se les permita ser libre". "Cuántos mares deberá una paloma blanca cruzar hasta que pueda dormir tranquila sobre la arena". "La respuesta, mi amigo, está sonando en el viento''). "Bob escribía las palabras que a mi me hubiera gustado escribir. El me hizo más fácil decir lo que quería".

A los veinticinco, se une a los manifestantes de Berkeley en contra de la guerra de VietNam. Para el gobierno norteamericano deja de ser la dulce niñita del Country and Western y se transforma en un problema serio: es varias veces encarcelada. Su marido, David Harris, es condenado a tres años de prisión. Desde entonces, nunca se volverá a detener en su carrera por la paz. Irá a cantarles a los vietnamitas a Hanoi; cantará por Bangla Desh, por Biafra, por Cambodia, por los disidentes soviéticos, por los refugiados del mundo. Asistirá a los funerales de Orlando Letelier. Su repertorio crecerá incluyendo a Lennon, Moustakis, Víctor Jara y Violeta Parra.

Hoy está entre nosotros, acompañándonos en el Chile de 1981. A los 41 años preside su propia fundación Humanitas International e invitada por el Servicio Paz y Justicia, que preside el Premio Nobel Adolfo Pérez Esquivel, ha querido venir a conocer la realidad de los derechos humanos en Latinoamérica, conocer nuestro trabajo cultural y a compartir su canto. En Argentina y Brasil no la dejaron actuar. En Chile, cuatro promotores desistieron de la idea, tres por encontrarla "poco comercial" y uno por miedo a que una vez que estuviera el teatro arrendado, la publicidad lanzada y las entradas vendidas, el gobierno revocara el eventual permiso. Así y todo cantó en la Universidad, en peñas y parroquias, en el Teatro de Santa Gemita, quedando más de cinco mil personas afuera. Visitó la Vicaría de la Solidaridad, la Comisión de Derechos Humanos, a los familiares de los detenidos desaparecidos. Se reunió con los músicos jóvenes en el Centro de Expresión e Indagación Artística (CENECA), y se asombró con ellos ("ustedes están más vivo que los músicos norteamericanos"). Fue un soplo de aire fresco en las heridas de un Chile confundido, que en parte ha perdido su capacidad de discriminación moral sobre la base de ocho años de profundos dolores y desesperanzas. "Dejémonos de mentiras—cantó—. Sabemos quiénes son los invasores de Afganistán. Sabemos quiénes son los dictadores de Bolivia. Somos los hijos de los ochenta y como hemos crecido". Su mensaje—estemos de acuerdo con él o no— prendió fuertemente en esos que ella misma llamó los hijos del ochenta. Haciendo de puente entre aquella generación del sesenta, critica y activa, y ésta que nace ahora y que desconoce los viejos slogans, las viejas recetas y que intuye profundamente que sólo reconquistará la justicia y la libertad con métodos originales y renovados. En la siguiente entrevista fuimos su abogado del diablo…

¿Y cómo fue que los hijos de los sesenta, los rebeldes, los creativos, eligieron a alguien como Reagan Presidente de los Estados Unidos?

Yo no sé cuánto tuvieron que ver con ello los hijos de los sesenta y no los más viejos y reaccionarios que querían "recobrar el orgullo americano" y el "rojo, blanco y azul", desesperadamente. Como nada bueno ha ocurrido para la imagen de Estados Unidos desde la Segunda Guerra y estaban tan desesperados y desilusionados con Carter, esta imagen del cowboy que todo lo puede, les vino muy bien...

Pero esa imagen está muy lejos de la no violencia. ¿Existe un movimiento no violento de raíces profundas en Estados Unidos?

No. Nadie podría decir que existe un movimiento serio de la no violencia en Estados Unidos…

Y ¿qué pasó con los líderes de los sesenta, aquéllos de Berkeley, que tanto ruido hicieron…?

El noventa por ciento de los manifestantes de Berkeley estaban lejos de la no violencia. No la entendían ni estaban entrenados para ella. Sólo unos pocos se sentían orientados por ese camino. Lógicamente el resto se unió al movimiento porque estaba claramente orientado en contra de la guerra de Vietnam. Ninguno de ellos, obviamente, quería ir a pelear. El éxito, entonces, radicó en que el objetivo del movimiento estaba muy claro y en que a todos les tocaba íntimamente: terminar con la guerra.

Pero si hacemos un análisis histórico objetivo, las políticas no violentas de Gandhi y Luther King, en el largo plazo, no triunfaron. En el caso de la India, por ejemplo, la partición entre musulmanes e hindúes se llevó igual a cabo (que era justamente todo lo que Gandhi no quería), siendo abandonado por sus propios compañeros de partido, considerándolo un iluso; y las ideas de Luther King se han conquistado a medias y en gran parte con presiones más bien violentas de las comunidades negras…

¿Cómo predecir el largo plazo? Antes que nada debes darte cuenta que estamos trabajando con una idea que no tiene más de ochenta años y la opones sin mayor reflexión a miles de años de violencia activa y organizada. Gandhi y King fueron extraordinarios. Gandhi sacó a los ingleses sin disparar un tiro... Sin Martin Luther King los negros nunca se habrían atrevido a ponerse de pie. Antes se sentaban en los asientos para negros, iban a los baños para negros, etc. Nunca se les ocurrió hacerlo de otra manera. El los organizó…

Pero, finalmente, fueron otros los que…

Finalmente nada. Esto ocurrió antes que aparecieran el Black Power y que el FBI, y ciertos provocadores destruyeran la imagen de King, antes que todo eso, él tenia a los negros de pie y la integración caminando. Así que no puedes decir, pero, pero, pero. Hay cosas que son propias de ellos y que se lograron por medios no violentos. Por lo tanto, si estamos sólo trabajando con una idea que recién va en su segunda prueba, tienes que darle crédito. Y no puedes salir sin reflexionar con pero esto, pero esto otro. Ambos hicieron cosas extraordinarias usando solamente la no violencia.

En una entrevista anterior (APSI 98), Clotario Blest, nuestro líder de la no violencia, afirmaba que la no violencia tiene un límite, y que eso lo habla demostrado el propio Cristo al echar a los mercaderes del templo... ¿Crees que la no violencia tiene un límite?

Si, leí tu entrevista y me gustaría haber conocido a Blest personalmente para preguntarle por qué él considera que la no violencia tiene un limite. Yo no sé cómo él puede haber llegado a ese estado de exasperación y desesperanza. Yo no he vivido lo que él ha tenido que vivir…

¿En tu opinión, puedo existir un tipo de violencia moral?

Hay miles de maneras de justificar la violencia y explicarla. Casi siempre se justifica antes de tratar seriamente de ir por el camino no violento. Muchos dicen: tratamos y fracasamos, ahora pongámonos serios y seamos violentos. Pero la verdad es que no saben bien en qué consiste la no violencia. Por ejemplo, Ernesto Cardenal, el poeta nicaragüense, según él llegó un momento en que agotó todos los caminos de la no violencia. El es un verdadero discípulo de Gandhi. Por lo tanto, tengo muchos deseos de conversar con él. En un documental yo lo escuché decir "yo era un pacifista discípulo de Gandhi, pero llegué a mi limite". Su limite fue cuando exterminaron a todo su ashram, o comunidad. A una persona como él tengo que darle crédito. Hay que vivir y conocer las verdaderas situaciones que a cada cual le ha tocado vivir.

¿Y por qué defiendes los derechos humanos? Quizás estarías más cómoda sólo cantando. ¿Cuáles son tus motivaciones interiores?

Mis motivaciones pueden analizarse desde muchos lados. Si quieres lo puedo hacer desde un punto de vista psicoanalítico... Analizar los motivos de algo siempre es peligroso, porque éstos normalmente están orientados hacia el ego Asumo, desde ese punto de vista, que algo tiene que haber en mi que me ha llevado a estar siempre con los de abajo. Cuando era pequeña viví un año en el Oriente Medio y me tocó ver mucho sufrimiento...

Soy hija de un mexicano y una escocesa, también me tocó palpar ese sufrimiento cuando vivimos en el sur de California, donde los mexicanos eran considerados tontos, porque no pasaban de curso, cuando tenían que trabajar toda la noche y no podían realmente estudiar. Yo era considerada mitad mexicana, por lo tanto, mitad estúpida, etc. …Eso tiene que haberme influido…

¿Que le pasa a Estados Unidos que ya no produce otras Joan Báez ni más Bob Dylans…?

Ustedes tienen ahora un movimiento musical vivo y esto es porque hay serias razones para que esté vivo. Quizás ahora nuestra música se revitalice bajo el gobierno de Reagan. El puede hacer que haya serias razones. En todo caso, Estados Unidos no tiene una herencia rica de música folk. La tuvo en el pasado y se desarrollaba entre los mineros y los montañeses, es muy vieja y sin ningún sentido político. Trataban su cotidianeidad, sus problemas personales. Sólo se transformó en política cuando a un minero se le ocurrió escribir sobre las enfermedades pulmonares. Pero, en general, los propios grupos de los sesenta no eran políticos. Sólo Peter, Paul and Mary apoyaron a King, pero no se pusieron en contra de la guerra hasta que estuvo de moda.

También está el problema de las casas grabadoras que no se interesan en cantantes nuevos a menos que estén seguros que con ellos se llenarán de discos de oro. Soy muy pesimista al respecto.

De acuerdo a tu respuesta podemos concluir, entonces, que la cultura se desarrolla mejor bajo condiciones de represión e inseguridad...

Parece que es así… Ustedes tienen un movimiento musical fantástico aquí.

No sientes de pronto caer en profundas contradicciones al defender, por un lado a los norvietnamitas y, por otro, a los que se escapan de Vietnam. En defender a los disidentes soviéticos y al mismo tiempo atacar al gobierno americano. Mucha gente puede que no entienda bien esto o se confunda.

Es una contradicción, desde el punto de vista político. Yo no tengo un punto de vista político en ese sentido. Además si ustedes vivieran en Gorki con Sakharov, pensarían de otra manera. He estado en Moscú y en esos lugares. Yo estoy con toda la gente reprimida y no separo unos de otros.

¿Cómo es la sociedad ideal de Joan Báez?

No existe la sociedad ideal. Solo creo que hay que parar los asesinatos en nombre de las ideologías y de las causas. Hay que detener el armamentismo, porque así va a desaparecer simplemente cualquier sociedad.

Pero estamos frente a sociedades reales y hombres reales que buscan alianzas en términos de objetivos reales. No se trata de estar contra todo.

Es que, entonces, al final es lo mismo. En Argentina no me dejaron actuar, me observaron, me siguieron, me echaron del hotel. La única sensación como esa que había tenido en mi vida antes, habla sido en Moscú y en Berlín Oriental. No puedo estar con unos si y con otros no, por los principios teóricos que puedan haber detrás…